No importa lo que digan el FBI, los investigadores o la realidad. No hay peor sordo que Marco Rubio, cuando se trata de Cuba
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Incluso si de un altavoz a máxima potencia saliera una verdad sobre Cuba, el senador por la Florida Marco Rubio sería incapaz de escucharla.
Rubio sufre hace décadas una sordera selectiva sobre su país de origen. Solo oye lo que le conviene.
Por eso, mientras el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) asegura que no existen pruebas sobre los supuestos «ataques acústicos» contra diplomáticos estadounidenses en La Habana, él prefiere montar un circo en el Congreso y convertir a diplomáticos de carrera en contorsionistas de la realidad.
Con bombo y platillo anunció que el subcomité de Relaciones Exteriores del Senado, donde tiene un asiento, llevaría a cabo este martes una audiencia para abordar el tema. Convocó a tres altos funcionarios del Departamento de Estado y ni siquiera se molestó en buscar un título neutral para la parodia: «Ataques a diplomáticos estadounidenses en Cuba».
De hecho, y para alegría de Rubio, la palabra «ataque» sonaba una y otra vez en el hemiciclo sin que nadie aportara una sola evidencia para respaldarla.
«El personal diplomático describe una multitud de síntomas, muchos de los cuales no son fácilmente cuantificables ni atribuibles a una causa específica», aseguró Charles Rosenfarb, director del buró de Servicios Médicos del Departamento de Estado, sin que nadie pareciera inmutarse. «El reto mayor ha sido la falta de certeza acerca del agente causal», añadió y tampoco hubo grandes sobresaltos.
El propio Francisco Palmieri, secretario adjunto en funciones para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, reconoció que todavía hay «mucho que no sabemos, incluido quién o qué está detrás». Pero, como si nadie lo hubiera escuchado, siguió hablando de «ataques» y «lesiones».
Resultó cuando menos penoso ver a funcionarios con largos y prolíficos historiales sometidos a las presiones de un congresista que ha hecho carrera a costa de mentir sobre Cuba. En su biografía oficial aún aparece que la familia Rubio salió del país «huyendo del comunismo», cuando en realidad lo hizo en plena dictadura de Fulgencio Batista.
Existe una larga tradición de extorsiones y chantajes de los comités del Congreso que atienden las Relaciones Exteriores hacia el Departamento de Estado. Un solo senador puede bloquear el nombramiento de un funcionario casi indefinidamente. Pero eso no exime a nadie de los principios éticos elementales.
Fue un momento tragicómico cuando, en plena audiencia, Rubio lanzó la pregunta retórica de quién podría tener el interés de crear fricción entre Estados Unidos y Cuba. Su rostro se contrajo por un segundo y quizá en ese momento pasó por su cabeza una idea elemental: «bueno, aparte de mí, quién más puede tener interés».
Aunque el supuesto objetivo de la audiencia era dar seguimiento a la investigación que se lleva a cabo en la actualidad, era obvio que el senador por la Florida no estaba interesado en análisis científicos o pruebas de campo.
Su único objetivo era señalar a las autoridades cubanas como responsables y tratar de desmontar cualquier avance en las relaciones, que es su verdadera obsesión.
No importa lo que digan el FBI, los investigadores o la realidad. No hay peor sordo que Marco Rubio, cuando se trata de Cuba.
CINCO INCONGRUENCIAS DE LOS SUPUESTOS ATAQUES SÓNICOS
01. Para causar daños con sonido audible la intensidad debe ser tan alta como la turbina de un avión y es imposible que sus efectos pasen desapercibidos.
02. Los científicos ponen en duda que el ultrasonido o el infrasonido (aquellos que no son detectados por el oído por estar fuera del rango de audición), puedan ser utilizados como armas. El ultrasonido se disipa rápidamente y el infrasonido es muy difícil de dirigir, afectando áreas completas.
03. Los ataques tendrían que haber tenido una precisión láser para afectar a una persona en específico y no causar efecto alguno en las otras.
04. La conmoción cerebral o los problemas cognitivos reportados por la parte estadounidense no tienen ningún referente clínico en eventos vinculados con sonidos.
05. Cuba, amenazada de guerra o en momentos de gran tensión, jamás optó por el camino de agredir a diplomáticos de ninguna nacionalidad. ¿Qué sentido tendría hacerlo después de tomar la decisión soberana de restablecer los nexos con Washington?
