Por Dalia González Delgado
Si un tema ha marcado la presidencia de Donald Trump ha sido la migración. La caravana de migrantes centroamericanos, la política de “tolerancia cero” que provocó que miles de niños fueran separados de sus padres en la frontera, el muro con México que fue una de las banderas de su campaña electoral, son solo algunos de los capítulos de una novela cuyo final no parece cercano.
Estados Unidos tiene una larga historia de regulaciones migratorias que podemos rastrear hasta el siglo XVIII. El Congreso desarrolla y aprueba las legislaciones que el presidente firma y convierte en ley, al tiempo que las agencias federales se ocupan de su implementación. Los retos que suponen la inmigración ilegal y el estatus de millones de indocumentados han generado en décadas más recientes debates permanentes sobre las posibles soluciones.
Es difícil conciliar la diversidad de intereses que se mueven en torno al tema. El académico estadounidense Daniel Tichenor, experto en migración y política, ha identificado cuatro posturas fundamentales. De una parte estarían los que él llama “cosmopolitas liberales”, cuyo propósito fundamental es resolver el estatus legal de los indocumentados. Son personas que apoyan las políticas expansivas de admisión de inmigrantes para la reunificación familiar, la ayuda a los refugiados y protecciones legales para los no ciudadanos. Continue Reading