Por Patricio Montesinos
Estados Unidos y sus mercenarios en cualquier lugar del mundo no acaban de comprender que Cuba, su Revolución y los herederos de su líder histórico, Fidel Castro, y de su presidente Raúl Castro, son dignos de pie a cabeza.
Se acaba de demostrar una vez más en Perú, donde las nuevas generaciones de cubanos y representantes de toda su Sociedad Civil, entendida por su verdadero pueblo, dieron una nueva lección a Washington, al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y a quienes pagados por el imperio pretendieron orquestar un show contra la mayor de las Antillas.
Un Foro en Lima organizado por los que llaman “Sociedad Civil” a individuos al servicio de una potencia extranjera, fue el escenario para intentar denigrar de la isla caribeña, pero otra vez el tiro les salió por la culata a los enemigos de la intrépida, soberana y solidaria isla del Caribe.
Y es que Cuba no es la mayor de las Antillas por ser solo la más grande en extensión territorial, sino porque es grande de espíritu, de valentía y de firmeza, razones por las cuales ha resistido agresiones, invasiones, campañas mediáticas de todo tipo, y aún enfrenta el cruel bloqueo que le impone su vecino del Norte desde hace casi 60 años.