Por Rafael Pérez Valdés
Ha puesto un espejo en el que debemos mirarnos. ¡El de no rendirnos nunca..! ¡El de persistir..! Eso es lo primero que viene al teclado cuando vamos a escribir de una medalla de plata ganada este martes (16 de agosto) en la lucha grecorromana de los Juegos Olímpicos Río 2016.
El cubano Yasmany Lugo se sacudió de una historia que hace unos años, en 2009, le comenzó sonriendo. Y después, hasta unas horas atrás, le mantuvo una mueca caprichosa. No solo pareció caprichosa: Quizás fue injusta…
El pinareño, ahora en la división de los 98 kilogramos, llegó en agosto de 2009 a la ciudad turca de Ankara, para competir en el campeonato mundial juvenil. Y allí terminó… ¡con la medalla de oro! Tenía 19 años de edad. En el horizonte todo parecía prometedor. Pero no lo fue. Un mes después lo llevaron al certamen del orbe para adultos, en la ciudad danesa de Herning: lugar 30. Bueno, era todavía un juvenil, pudo pensarse entonces. Pero lo que no se podía avizorar entonces era todo lo gris que ocurrió después…