
Para combatir el ébola, 256 profesionales de la salud cubanos marcharon en el 2015 a África Occidental.
«Uno de los recuerdos que guardo con agrado es el del árbol de la vida, un árbol que fue plantado en nuestro hospital; cada vez que se le daba de alta a un paciente, venía y amarraba una cinta en él, y esto indicaba para todos nosotros que se había salvado una nueva vida. Eso nos llenaba de orgullo, y vimos muchísimas cintas amarradas en ese árbol».
Este es apenas el fragmento de un testimonio que diera a la Unidad Central de Cooperación Médica (UCCM), a propósito del aniversario 55 de la cooperación médica cubana en el mundo, el enfermero Pedro Luis Rivera Rivera, de San Antonio de los Baños, Artemisa.
Los días que pasó en Sierra Leona –cuando encaró el ébola como parte del contingente de 256 profesionales de la salud cubanos que marcharon en el año 2015 a África Occidental, para combatir una epidemia declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como Emergencia Internacional– son el reflejo vivo de que para la Mayor de las Antillas, África no será nunca el continente olvidado.
Fueron muchos más, 17 000 profesionales del sistema de salud cubanos los que manifestaron su disposición de partir a Sierra Leona, Guinea Conakry y Liberia, a luchar con un enemigo peligroso y desconocido. Irían solo con el compromiso de quien daría hasta la vida en el empeño de salvar otras.
«Por primera vez la OMS pedía al Gobierno y Ministerio de Salud cubanos enviar personal médico directamente a la labor asistencial, es decir, a brindar atención médica a los enfermos del virus de ébola. Y esta petición se hacía precisamente a Cuba», rememoró a Granma el doctor Jorge Juan Delgado Bustillo, director de la UCCM.
Ante la solicitud de ayuda del Sr. Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, y de la doctora Margaret Chan, entonces directora general de la oms, el Gobierno de Cuba decidió participar en este esfuerzo global, bajo la coordinación de la OMS, y convocó a sumarse a la lucha contra este flagelo a los gobiernos y ministros de salud de todos los países.
«Hubo muchos países que apoyaron con recursos materiales y financieros, y varios organismos internacionales de la Salud y médicos acudieron a ayudar. Pero el contingente de mayor número fue el de médicos, enfermeros y profesionales nuestros. Y eso tiene que ver, también, con el prestigio que la medicina cubana ha ganado en el mundo», aseguró el doctor Delgado Bustillo.
El peligro potencial estuvo allí, las alegrías, las victorias, las cintas de la vida, la muerte, la pérdida más sentida del compañero de lucha… pero quizá nunca antes brilló tan alto el nombre de la salud cubana, y uno en especial: Henry Reeve.
No es casual, por ejemplo, que durante la 70 Asamblea Mundial de la Salud fuese otorgado el Premio Doctor Lee Jon-Wook a la Brigada que lleva este nombre, por su extraordinario aporte a la salud pública en el mundo. Continue Reading